Cuando el río suena, agua lleva.
De mis mejores lecturas de 2024, también de alguno de los libros que abandoné y qué vibes tengo para mi 2025 lector.
Querido desconocido:
Tal y como te prometí en la carta anterior, esta va a ser exclusivamente una reflexión sobre mis lecturas del 2024. No sé si esto te dará curiosidad, pero yo te lo comparto con mucho cariño y deseos de que el 2025 sea tu año.
El reto de Goodreads.
Como todos los años, sigo utilizando esta app para monitorizar mi progreso con la lectura. No se trata tanto de la cifra que consiga leer, sino más bien tener un control de qué libros tengo, cuáles he leído y qué me parecieron. Me ayuda cuando me da la fiebre lectora en una librería de segunda mano o cuando necesito consultar si de verdad me interesa un libro. Reconozco que, cuando veo que algo tiene menos de cuatro estrellas y muchas valoraciones, me lo pienso dos veces antes de comprarlo.
Este año me fijé la misma cantidad que el pasado, 30 libros, sabiendo que probablemente iba a superarla, pero sin querer ser demasiado exigente conmigo mismo. Finalmente he acabado con 43 libros, aunque uno de ellos todavía está en proceso a tres días de que suenen las campanadas.
Aunque estoy contento con mis lecturas de este año, pienso que tal vez ha sido un año bastante plano. Revisando qué había leído para realizar mi Top libros 2024 no he sentido la montaña rusa de emociones que sí me había sucedido otras veces. No significa que los libros hayan sido malos, sino que no me han marcado tanto.
Los cinco mejores libros de este año.
Sin más rodeos, comienzo con las lecturas que más me gustaron o más me han marcado durante este 2024.
En quinta posición queda una autora nacional y la novela que sacó apenas hace unos meses. Andrea Arroyo del Campo con la segunda entrega de La Flor de Garland, Nunca muere. Voy a ser transparente contigo, Andrea es mi amiga y he seguido su escritura desde sus comienzos, pero hubo algo en este libro que sencillamente me flipó. Tanto que le mandé unos doce minutos de audio por Telegram. (Debes saber que si eres mi amigo, escribes y me gusta, vas a aguantar mis audios en modo fan. Adjunto imagen).
Siempre digo que las segundas partes en una trilogía o saga son las peores. Y curiosamente esta me pareció igual o incluso mejor que la anterior. Hay muchos factores que contribuyen a esto: la mezcla de magia y política, el cambio de narrador protagonista y, sobre todo, sus personajes. La primera entrega se centra en la acción y esta en la profundización de sus personajes. Si puedo vendértela con algo, te diré que esta historia TE HARÁ SENTIR COSAS.
En cuarta posición se queda uno de los autores revelación de mi año lector: Robbie Couch. Leí Si te vuelvo a ver mañana a principio de año y quedé tan impresionado que me hice con su siguiente novela, Simplemente Blaine. Encuentro en la escritura de estas novelas algo que no me pasaba desde Con amor, Simon, y es la fuerza del sentimiento como motor de la historia. Sabes que me encantan mis lecturas de confort de vez en cuando sobre romances juveniles LGBT+ y estas historias me han aportado eso. Leer algo aparentemente sencillo pero bien atado que despierta sentimientos en mi interior y me permite gestionar mis movidas, pasadas y presentes. Me quedo finalmente con Simplemente Blaine porque la temática de quererse a uno mismo encaja mejor conmigo, pero Si te vuelvo a ver mañana cuenta con una técnica narrativa que no deberías pasar por alto.
La medalla de bronce se la lleva uno de los descubrimientos del año. Una mujer para nada desconocida, pero con la que yo no había cruzado el paso todavía. Efectivamente, hablo de El libro de Gloria Fuertes. Estas ediciones de Blackie Books, más allá de tener un profundo interés filológico, destacan por la sencillez con la que logran transmitir su contenido. También el sentimiento de familiaridad con el que dotan a sus libros, consiguiendo que te sientas muy cercano a la autora para cuando acabas el tremendo tocho que te han vendido.
Tengo mil poemas señalados en el libro y me encantaría hablarte de todos ellos. Hablarte de Gloria. Pero siento que es algo que no puedo hacer como un apartado de una carta. Gloria es demasiado grande para no ser la protagonista de su propia carta. Sí que te diré que, seas lector habitual o no, tengas mucho manejo de poesía o no, te recomiendo leer a Gloria. Será una de esas cosas que te dejan el corazón calentito durante ese día.
“Pienso mesa y digo silla,
Compro pan y me lo dejo,
Lo que aprendo se me olvida,
Lo que pasa es que te quiero.
La trilla lo dice todo;
Y el mendigo en el alero,
El pez vuela por la sala
El toro sopla en el ruedo.
Entre Santander y Asturias
Pasa un río, pasa un ciervo,
Pasa un rebaño de santas,
Pasa un peso.
Entre mi sangre y el llanto
Hay un puente muy pequeño,
Y por él no pasa nada,
Lo que pasa es que te quiero.”
El segundo puesto se lo lleva otra autora revelación este año. Me llevo mal con lo mainstream. Es un hecho. Cuanto más de moda esté algo, menos me atrae. Paradójicamente, luego leo cosas que han sido modas, pero cuando ya ha pasado la fiebre. Y este ha sido mi caso con R. F. Kuang. Comencé el año leyendo Amarilla y, aunque me gustó, tampoco me alucinó. ¿Que puede que en parte fuese porque conectó con mis miedos respecto al mercado editorial? Pues mira, sí. Pero meses después empezó a ponerse de moda La guerra de la amapola y debo confesar que tardé una embarazosa cantidad de tiempo en darme cuenta de que R. F. Kuang y Rebeca F. Kuang son la misma persona. Sí, no siempre soy el más espabilado.
La trilogía de la amapola ya me llamó la atención por junio, en plena FLM, pero decidí esperar porque ya había gastado una cantidad de dinero sustancial. Meses después, junto con una ruptura sentimental, vino un tremendo bloqueo lector. No sentía interés por nada. Así que un día que visitaba una librería nueva, decidí lanzarme a la piscina. Total, todo me daba igual. Y así fue como Rin y Sinegard me ayudaron a pasar por un mes de mi vida donde iba en piloto automático. No quería hablar con nadie, no quería trabajar o estudiar, no quería fingir que la vida seguía. Sin embargo, cada noche podía tener mi momento de evasión al leerme mis dos capítulos de esta historia. Algo bastante alejado de mi zona de confort al tener una ambientación oriental y estar escrito con un ritmo diferente. Sus personajes, su mundo, su crítica al racismo, el clasismo y el fascismo me atraparon rápidamente y me llevaron a un final de locos. Ha sido sin duda, uno de los puntos más altos y más bajos de este 2024. Y espero seguir con esta autora durante 2025, no sólo con el resto de la trilogía, sino también con su novela autoconclusiva, Babel.
Finalmente, el libro (o libros) que han sido lo mejorcito de mi año. Probablemente a estas alturas de la lista sabrás lo que se viene. Y más si eres cercano a mí. Así que sí, sería muy hipócrita por mi parte decir que el fenómeno Blackwater no ha sido lo mejor de mi año. Lo he ido consumiendo entrega a entrega, lo he recomendado, lo he reseñado, he hecho cola en la FLM para conseguir la firma de su ilustrador, Pedro Oyarbide, y tengo un mapa de Perdido en mi habitación esperando a ser enmarcado.

La narrativa de Michael Mcdowell me ha conquistado. Sus personajes, su ambientación, su manera de contar las cosas… Ha sido un viaje, desde luego. Hasta el punto de estar pendiente a ver cuándo sacan más novelas suyas en España. Es cierto que parte de la magnitud de este fenómeno ha sido gracias a la estrategia editorial de Blackie Books, pero realmente fue EL MOMENTO. You had to be there. Leerte un tomo y tener que esperar al siguiente. Ser consciente de lo que en un principio era algo minúsculo y para el tercer tomo ya lo estaba petando salvajemente. Estar meses con estos libros y sentir que un capítulo se cerraba en ti cuando acabaste el último tomo. ¿Sabéis eso que se dice de “Taylor Swift IS the music industry”? Pues Blackwater ha sido la industria editorial este 2024.
Anotaciones finales y consideraciones.
Me gustaría finalizar esto realizando alguna observación más sobre mi año lector que creo que es importante. He seguido con mi querida Matute y me leí su novela corta, Aranmanoth. Recomendadísima. También añadí una nueva lectura de Miguel Delibes a mi colección, El príncipe destronado. Bastante estándar y con una interesante técnica narrativa al ser contada desde la perspectiva de un niño pequeño. Sigo con mi lectura de Los legados de Lorien y he acabado el quinto tomo, La venganza de Siete. No hablo mucho de ello porque a estas alturas es difícil sin hacer spoilers, pero la verdad es que me sigue encantando. Se está convirtiendo en una saga de confort para mí.
Y acabo el año con El aliento de los dioses de Brandon Sanderson. Lo empecé un poco para estar preparado para El archivo de las tormentas, aunque sin mucho hype pues parecía una novela súper olvidada. Sin embargo, a falta de unas doscientas páginas, debo decir que me está sorprendiendo para bien.
También me dejo libros abandonados y que no sé si retomaré. El más decepcionante de ellos fue La furia de la lectura: ¿Por qué leer en el siglo XXI? de Joaquín Rodríguez. Es interesante, sí, pero voy casi por la mitad del ensayo y siento que nunca aborda el tema que se plantea en el título. Comenta el trabajo de varios lingüistas, filósofos y autores y los relaciona con hechos históricos, pero no siento que me aporte lo que iba buscando. También siguen ahí Curso de escritura de Brandon Sanderson y Gayinteligencia emocional de Gabriel J. Martín. No he sentido ganas de retomarlos, la verdad.
Esto es todo lo que puedo contarte de mi año lector. Espero que el 2025 me traiga también muchas aventuras. Ahora mismo siento que estoy en una etapa en la que quiero leer mucho sobre dragones. Hasta el punto de considerar el retomar Eragon, que para mí era algo enterradísimo.
Y tú, querido amigo, ¿qué fue de tu 2024 y cuáles son tus vibes para 2025?
Cuídate mucho. Con cariño siempre.
Love, Manu.