Literatura como evasión.
De cómo me leí siete libros en un mes porque estaba deprimido y la pasta que me pienso dejar en la FLM
Querido desconocido:
Te escribo esta carta intentando poner en práctica un nuevo hábito: convertir esta Newsletter en algo mensual y regular. Durante este curso he logrado consolidar otros dos hábitos que me había propuesto: ir al gimnasio dos veces por semana y publicar en Instagram otras dos. El tiempo dirá si conseguiré este objetivo también.
Wrap up mayo: lectura como evasión.
No te miento si te digo que este último mes ha sido particularmente difícil. El trabajo ha sido particularmente desafiante y me ha consumido bastante. Quien diga que los profesores tenemos buena vida, le invito a pasar un año ejerciendo. Especialmente de tutor. Al margen de eso, otras circunstancias de la vida me han sometido a una intensa presión que me ha afectado anímicamente. Ello me lleva a recluirme, contestar menos a los mensajes, y pensar que ya lidiaré con ello en un momento en el que tenga más energía. Pista: ese momento nunca llega.
Lo que sí hago en estas situaciones es ponerme a leer como un loco, en busca de una vía de escape del mundo real. Again, no es sano, pero es lo que hago. Personas cercanas a mí me han sugerido que debería escribir en lugar de leer. Convertir ese dolor y esa tristeza en algo creativo en lugar de enterrarlo en mi interior. Resurgir en vez de marchitarme. Puede que sea un buen consejo.
Así, con la tontería, me he leído la friolera de SIETE LIBROS este mes. Para empezar, acabé con la saga Blackwater. No me voy a enrollar mucho con esto porque ya he dado la tabarra a tope con esta saga, pero me atrevo a afirmar que estará en mi top de lecturas del 2024 sin dudarlo. Tal vez en un futuro me anime a hacer una entrada con un análisis profundo y spoileroso de la saga. Es mucho curro, pero creo que lo disfrutaría.
Este mes también ha sido uno de manga. No es la primera vez te menciono lo enganchado que estoy al manga de Pokémon. Cómo este formato parte de la narrativa de los juegos y expande muchísimo más el lore profundo de la saga y adopta unos temas más oscuros y maduros que los de los juegos, que se enfocan a un público más juvenil.
En esta ocasión tocó el final de la saga Blanco y Negro 2, que explica la historia detrás del dragón original de Tesselia, Kyurem, y retoma el dilema filosófico entre ideales y verdad que se planteó a muchos de nosotros allá por 2010. Me resultó particularmente impactante cierta escena entre Ghechis y su hijo, N, en la que el padre abusa físicamente del joven de una manera bastante gráfica y violenta. Lo que en otro momento podría haberme parecido desagradable, aquí contribuyó a dar más carácter y solidez al personaje del villano, que por fin revela su verdadera naturaleza. Es, sin duda, otra perspectiva a una narrativa que ya conocemos and I’m here for it.
También me leí el primer volumen de la saga XY. A partir de este arco, las entregas empiezan a ser más cortas, pero confieso que me ha dejado con ganas de más. La historia empieza fuerte con el conflicto entre Xerneas e Yveltal, así como con el descubrimiento de la megaevolución. Además el protagonista refleja los efectos que la explotación infantil de “niños prodigio” puede provocar a largo plazo.
El cuarto libro del que te voy a hablar es de mi querida Ana María Matute. Ya sabes lo enamorado que me quedé de ella tras Olvidado rey Gudú. Es una de esas autoras que siempre van a tener un pedazo de mi corazón. Pues bien, cuando me leí ese tremendo tocho, muchos mutuals de redes me recomendaron que me leyese otro de sus libros de fantasía medieval, Aranmanoth. Ya lo tenía en casa de una visita a la tienda de libros de segunda mano de mi pueblo. Quise reservarlo para un momento en el que estuviera de bajón y decidí que este iba a ser el momento adecuado.
Aranmanoth cuenta la historia de su protagonista y del conflicto entre lo mágico y lo humano. Con su característico lirismo, Matute explora de forma fluida y sencilla la magia de la naturaleza y del corazón humano. Además cuenta con un antagonista abiertamente bisexual, lo que me sorprendió para un libro del año 2000. Call me old-fashioned. Sin embargo, me parece un tomo maravilloso para introducirse en la fantasía medieval de Matute y ya lo he recomendado a amigos y alumnos de lo mucho que me ha gustado.
Mayo también ha sido un mes para seguir con tradiciones, concretamente con la quinta entrega de Los legados de Lorien. Hace años que estoy leyendo esta saga, que comenzó a publicarse por 2010 (sí, voy tardísimo) y que trata de la lucha de dos razas alienígenas por el control de la Tierra.
El verano pasado me leí La caída de Cinco y, en caso de que no te lo mencionase, me quede MUERTO con ese final. Es por eso que he cogido La venganza de Siete con tantas ganas. A pesar de ser una saga escrita por una serie de escritores fantasma, me impresiona la solidez del proyecto. Cómo los personajes y los temas se mantienen o evolucionan dentro de un arco creíble. Como la narrativa sigue siendo ágil y fluida al mismo tiempo que te deja intrigado por qué pasará en el siguiente capítulo.
Leo poca ciencia-ficción, pero estos libros me han dado ganas de leer más. Encuentro una perfecta simbiosis entre la ambientación espacial, la exploración de las diferentes culturas de las especies, el crecimiento personal de los personajes y las pinceladas de romance que encajan sin esfuerzo y no desentonan en una historia cuyo tema principal no es ese. Siendo una novela bastante coral con varios puntos de vista, considero que las diferentes perspectivas quedan muy bien equilibradas y no son para nada redundantes. Con sólo dos libros por delante y un futuro apocalíptico en ciernes, cierro este tomo con serias tentaciones de irme a la librería más cercana y encargar el sexto libro de la saga.
Finalmente, cierro el mes con La casa de Bernarda Alba. Esta relectura fue algo improvisado: mi tutoría de 4ª de la ESO lo estaba leyendo y yo necesitaba algo que me mantuviese ocupado hasta el fin de semana. Aproveché para reconectar con esta obra que no leía desde hace más de años y la verdad es que ha sido una experiencia renovadora.
En su momento detesté la obra por mi aversión a la figura de Bernarda, una autoridad injusta que representa las expectativas de la sociedad sobre el individuo y reprime cualquier ansia de libertad. Siendo un adolescente homosexual, sin casi amigos y poca autoestima, pues tocó hueso. Ahora, años después, veo una maravillosa historia sobre conflicto y liberación personal; una denuncia a una sociedad tradicional y caduca que todavía coletea a día de hoy.
Bueno además del tremendo salseo que es que tus dos hermanas quieran levantarte al novio, el cual sólo te busca por dinero. Es que ni las telenovelas de Telemundo. Además la edición de Trotalibros es simplemente hermosa. Dadle vuestros dineros, se lo merecen.
Feria del libro de Madrid (FLM): mi momento más capitalista.
Se acerca ese momento del año en el que, si no me controlo, me dejo la cartera. Efectivamente, hablo de la FLM. Todos los años disfruto de este gran evento con varios grupos de amigos en el que me dejo seducir por el ambiente literario, las conversaciones entre lectores y el capitalismo masivo que supone la compra de una gran cantidad de libros. Pensarás que estoy exagerando, pero hace un par de años se me fue la pinza y me dejé la friolera de 230€ en dos semanas. No sé para ti, pero para mí no es precisamente calderilla.
Es por ello que acostumbro a ir a este evento con una lista prefijada de compras y me dejo un margen de dos libros que puedan sorprenderme para comprarlos. A pesar de tener varios libros en el radar, este año no tengo muy claro cuáles serán mis adquisiciones. Te comento algunas de las que tengo en mente.
Gloria Fuertes, antología de poesía y vida. Después del Libro de Ana María Matute, no me cabe duda de que será una auténtica experiencia para aprender y conocer a esta poetisa e icono. Siento que la suya es una obra que debería haber leído hace mucho y que me llenará el corazoncito cuando la conozca.
Últimas tardes con Teresa, Juan Marsé. Otro de esos clásicos que llevo persiguiendo desde hace tiempo. Me asusta un poco el que pertenezca a la corriente del Realismo social de la Generación del 50 por lo denso que puede ser, pero el análisis de la clase social burguesa es un tema que, para qué mentir, me encanta.
Todo va a mejorar, Almudena Grandes. Después de leer El lector de Julio Verne y ver la adaptación teatral de La madre de Frankestein, necesito más Almudena en mi vida. Viendo las sinopsis de sus novelas, creo que me decido por esta para seguir conociendo a la gran escritora madrileña.
Estos son los candidatos más fuertes, pero reconozco que tengo otros en mente. La sombra del ciprés alargado es la novela debut de Delibes y, sin embargo, no la he leído. Pero sí otras siete. Amiga, UBÍCATE. Otra opción es un poemario de Carmen Martín Gaite, A rachas. Esta señora es conocida sobre todo por su narrativa, así que imagina mi sorpresa cuando hace unos meses me encontré esto. Otros títulos que manejo son una antología del teatro de Juan Mayorga o Adiós, señor Chips, de James Hilton.
Pero claro, entiendo la pregunta que te surge. ¿Dónde está el mamarracheo, Manu? ¿Dónde la actualidad? ¿Dónde están tus “libros de gays” (expresión real utilizada por mi madre)?
En este apartado tengo alguno fichado, aunque ando indeciso. Por un lado, hace unos meses leí Si te vuelvo a ver mañana de Robbie Couch y me dio todo lo que necesitaba: romance juvenil homosexual, intensidad y cuestiones profundas sobre las que pensar. Es por eso que tengo fichada su siguiente novela, Simplemente Blaine. Un coming of age sobre un adolescente homosexual que intenta demostrarle a su ex que puede ser un chico serio. Sí, amiga, tengo issues de la adolescencia, de qué te vas a sorprender.
La otra opción es la nueva novela de Javi G. de Hita, Atrapado entre tus páginas, o como la conocemos sus seguidores en redes, “la rom-com de los bookstagrammers”. El verano pasado Javi fue una gran influencia para volver a reengancharme a la escritura y verle comentar este proyecto fue una gran ayuda. Siento que es algo que le debo. Y bueno, romance homosexual, libros, Taylor Swift y romance feel good. Sí, gracias.
Como siempre, también pienso en algún drama homosexual como In memoriam de Alice Winn o una biografía ilustrada de Oscar Wilde. Porque yo las tragedias homosexuales me las meto en vena.
Termino diciéndote que estoy planeando ver varios museos este verano, si no antes. El Joaquín Sorolla y el Prado son dos de ellos. ¿Se te ocurre alguna otra recomendación? Me gustaría desarrollarme más culturalmente. También ando necesitado de nueva música, así que si tienes recomendaciones, ¡házmelas llegar! Yo te aporto una canción viejita sobre la superación personal.
Si todo sale bien, tendrás la siguiente entrega a principios de julio. He considerado hacer alguna entrega extra de investigación, pero eso dependerá del tiempo que tenga. Hasta entonces, por favor cuídate mucho. Hidrátate en estos tiempos de solanera y protégete de la alergia.
Con el deseo de saber más de ti, un saludo.
Love, Manu.