Quererse a uno mismo: what a concept.
Mudanzas que ponen a prueba tus límites, la eterna batalla de quererse a uno mismo y libros que tratan sobre eso.
Querido desconocido:
Puede que esta entrada sea diferente. Tal vez más corta. Lo cierto es que la estoy escribiendo a contrarreloj. Tengo que hacer una maleta y preparar un viaje para mañana, domingo. ¿Que lo estoy procrastinando? Efectivamente. Así que mientras trato de no pensar en lo inevitable, te cuento algunas de las cosas que hice este mes.
Mudarse es una movida. No lo hagas.
Creo que el título te hace una idea de por dónde van los tiros. La pasada Nochevieja me reuní con mis amigas de toda la vida para tomar nuestro aperitivo y un buen vino blanco. Es algo que intentamos hacer todos los años. Ese día les confesé que uno de mis objetivos para el 2024 era irme sí o sí de mi casa. Tengo veintiocho años y, como muchos sabréis, vivir con tus padres a esa edad puede ser cómodo a la par que asfixiante. Sí, ahorras mucho y tienes muchas tareas domésticas hechas, pero también sientes una falta de espacio y libertad que chocan con lo que te pide el cuerpo.
En general el año ha sido una montaña rusa con respecto a este objetivo y ha habido muchos cambios de planes. Sin embargo, fue a principios de mes cuando ocurrió el plot twist definitivo. Mandé un mensaje a un anuncio de Idealista, esperando el ya familiar silencio o directamente una negativa. Cuán fue mi sorpresa cuando el casero me dijo de concertar una visita al día siguiente. Long story short, me concedieron el piso.
Y yo entré en crisis.
Había superado el miedo de contactar a los anunciantes e incluso ir a las visitas. Estaba acostumbrado a los rechazos. Pero esto era una nueva fase: contrato, llamadas para la luz, el gas y el agua, comprar electrodomésticos…
Así que, efectivamente, mi julio ha sido muy doméstico. Después de ayudar a mi hermana con su mudanza, estoy liado con la mía. Espero poder instalarme la semana que viene. Uno de los mejores momentos de este proceso ha sido ir a Ikea y poder elegir qué estanterías van a decorar mi nueva casa. Por el contrario, uno de los peores ha sido tener que hacer una selección de los libros que me llevaré y cuáles otros dejaré en casa de mis padres.
No me engaño pensando que este nuevo proceso va a ser fácil. He tenido una vida familiar muy acomodada en la que he tenido que encargarme de pocas tareas domésticas. Sin embargo, lo que más me asusta es el silencio y la soledad con mis pensamientos. Espero que este nuevo capítulo de mi vida me ayude a llevarme mejor con mi cabeza.
Aprovecho para comentarte que si eres nuevo, las quejas sobre el adulting y las charlas sobre libros son habituales en mis cartas. Si te interesa, dale al botón verde.
Lecturas del verano. Temporada de tochos.
De toda la vida el verano ha dado más tiempo para leer y ha sido la época preferente para los tochos. En la última carta te comentaba que había hecho un tiktok con las posibles lecturas de esta época estival y me complace informarte de que ya llevo la mitad. Sin embargo, mi lectura conjunta de todos los años con mi amigo Javi se cae del plan. La vida adulta y el mundo laboral es agobiante y meterse en una aventura como lo es Ana Karenina requiere un tiempo que él ahora mismo no tiene. ¡Ánimo con el curro, rey!
Respecto a los libros que sí he leído este mes, te diré que empecé con mal pie. Terminé La Colmena de Camilo José Cela y, si bien estoy contento por haber cumplido mi objetivo, no es una novela que me haya sorprendido especialmente.
La técnica semirealista y contrapuntística tiene mérito, desde luego, pero las tramas acaban siendo tan sumamente descriptivas que cansan. Así que lo siento, pero en esta casa apoyamos a Delibes como el escritor superior. Sí le concederé a Cela el valor de escribir una novela tan cruda y honesta que señalaba las vergüenzas del régimen bajo la excusa de que “puede incomodar pero muestra la vida tal cual es”.
Mi segunda lectura fue Cribas de Neal Shusterman y, si bien al principio me costó pillarle el punto, la verdad es que acabé satisfecho con esta antología de relatos que sirve de precuela y, a la vez, secuela de El arco de la Guadaña. Shusterman y sus compañeros revisan el fin de los días mortales, el nacimiento de algunos de sus segadores más famosos y el futuro de la humanidad tras el final de Trueno.
Es reconfortante cómo consiguen explorar el mundo del Nimbo y los segadores, revisitando a varios personajes, aunque me resulta llamativa la ausencia de dos en particular. Me atrevo a decir que dejar las cosas en el aire era mejor que escribir nada más sobre ellos, aunque los relatos invitan a realizar conjeturas de lo que les podría haber sucedido.
La tercera novela y posiblemente la mejor lectura del mes ha sido Simplemente Blaine de Robbie Couch. Conocí a este autor hace unos meses a través de otra de sus novelas, Si te vuelvo a ver mañana. Habiendo acabado muy contento con esa lectura, decidí aventurarme en esta. Te aviso de que tiene una premisa algo problemática, pues el protagonista ha decidido presentarse a ser presidente de su curso y cambiar su forma de ser para recuperar a su exnovio.
Lo que podría parecer una historia de amor tóxica acaba siendo un hito de superación personal y un viaje para encontrarse a uno mismo. Novelas como esta me hacen reflexionar sobre la importancia que se le da en la narrativa de los últimos años a temas como la salud mental, la inmigración y el racismo y cómo los personajes LGBT+ pueden simplemente ser y no embarcarse obligatoriamente en un viaje para salir del armario. Si te tengo que recomendar una de las lecturas de este mes, será esta.
Para finalizar, sigo con mi lectura de la antología poética de La promoción poética de los 50, donde poetas que eran niños durante la guerra, escriben poemas con temas como la reivindicación social, la memoria o la necesidad de escapar de todo. Este mes les tocó a Carlos Barral y Jaime Gil de Biedma. No me voy a extender con el primero puesto que no conecté mucho con sus versos, pero sí lo haré con el segundo.
Jaime Gil de Biedma nació en el seno de una familia de la burguesía barcelonesa y trabajó en la empresa de su padre. Sin embargo, y como bien deja caer en varios de sus poemas, la idea de trabajar no le entusiasmaba. Reconoce su origen privilegiado y, si bien a ratos lo utiliza para criticar el sistema capitalista y la hipocresía de la clase burguesa, es en su apartado más personal donde más conecto con él. Sus reflexiones sobre cómo su homosexualidad condiciona su vida entroncan con las de Cernuda y son modelo para la poesía de la experiencia posterior.
En ciertos poemas habla de su vida sentimental y sexual de manera empoderada, orgulloso, dispuesto a luchar contra una sociedad que le castigó por ser como era. En otros se entristece de algunos errores pasados, rememora anécdotas íntimas y poderosas o, directamente, se lamenta de su promiscuidad. Si bien agridulce, es una figura referente de la historia del colectivo. Simplemente por la fuerza de su sentimiento, te invito a darle una oportunidad a este poeta. Podría recomendarte muchos poemas, pero te invito a leer Contra Jaime Gil de Biedma, que relata una experiencia real suya y refleja muy bien su conflicto interior. Te dejo la primera estrofa:
¿De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso,
dejar atrás un sótano más negro
que mi reputación —y ya es decir—,
poner visillos blancos
y tomar criada,
renunciar a la vida de bohemio,
si vienes luego tú, pelmazo,
embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes,
zángano de colemena, inútil, cacaseno,
con tus manos lavadas,
a comer en mi plato y a ensuciar la casa?
Otras cosas que te puedo compartir y que tal vez te alegren el día:
Ya ves que julio ha sido agotador y no he podido hacer muchas cosas. Sin embargo me gustaría compartirte algunas cosas que me dieron algo de paz en esta etapa tan turbulenta.
Lo primero va a ser una exposición en la Gran Vía. Se llama Spirit of Japan y dura media hora. La idea es tumbarse en una sala con aire refrigerado mientras proyectan en las paredes diversas pinturas japonesas y ponen música ambiental. Aunque el precio es algo elevado para lo que luego es, al menos ayuda a escapar del calor y da para buenas fotos.
Lo siguiente son un par de tiktoks. El primero es una cover de Freya Ridings en la que canta Who’s afraid of little old me? de Taylor Swift. Considero que tiene una voz preciosa, la verdad. He escuchado canciones de esta señora como banda sonora de series y es que le añade otro nivel de profundidad. Te invito a echarle un vistazo en Spotify.
El segundo es un fragmento de una entrevista que le hicieron a R.F. Kuang. En ella habla sobre la creación de sus antagonistas, sus inicios con la trilogía de La guerra de la Amapola y cómo ello la motivó a escribir Amarilla. Ciertamente me siento aliviado de ver que alguien exitoso comparte sentimientos conmigo, especialmente aquellos menos amables contigo mismo y con otros en el ámbito de la escritura.
Aprovecho para confesarte que estoy intrigado con esa trilogía. Me llama bastante, pero he visto opiniones muy mixtas al respecto.
Y esto sería todo lo que puedo contarte hasta hoy. Admito que no está siendo mi verano más emocionante, pero algunas procesiones se llevan por dentro y a mí me está tocando librar más de una batalla en mi cabeza. Espero que tu verano esté siendo de ensueño.
Hasta que nos volvamos a leer, cuídate mucho, ponte crema solar y mantente hidratado.
Love, Manu.
Ánimo con la mudanza, Manu, es toda una experiencia pero poquitas cosas hay más gratificantes que este salto <3